Buena parte, si no todas las películas de Solondz ponen en duda que existe tal cosa como la redención. Pero esta más que otras se expande en un tono intenso y empalagoso. Florida pasa a ser el espejismo de perdición de Nueva Jersey al que han escapado los familiares de Hapiness, un remanso de alienación al que van llegando todos los fantasmas, los monstruos, los pederastas-terroristas y en fin, toda la mala gente.
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